jueves, 9 de febrero de 2012

Mario Acosta Oerte explica que nuestro café busca las mejores tazas del mundo


La denominación de origen e indicaciones geográficas es una carta de presentación para vender el grano


Conocer la calidad y el lugar donde el café fue cosechado son algunas de las exigencias que responderá el nuevo sello Denominación de origen e indicaciones geográficas, promovido por el Programa Cooperativo Regional para el desarrollo tecnológico y modernización de la caficultura (Promecafé) y respaldado localmente por la Fundación Salvadoreña para la investigación del café (Procafé).
El presidente de Procafé, Mario Acosta Oertel, explicó que la denominación de origen no es más que una forma novedosa y moderna para mercadear y posicionar el grano en los mercados nacionales e internacionales.
"El mercado del café ha comenzado a evolucionar en su forma de mercadearlo y en su consumo internacional y cada vez se va sofisticando más, pues ahora los compradores quieren saber de qué finca viene y de qué área geográfica específica, eso ha llevado a la trazabilidad desde que se siembra hasta que se sirve en una taza", explicó Acosta Oertel.
Para no quedarse fuera de las exigencias del mercado internacional, Procafé inició el proyecto de denominación de origen para el café que es cultivado en la cordillera Apaneca-Ilamatepec, grano que ya fue analizado por expertos de la institución y por miembros del Consejo Salvadoreño del Café (CSC).
Acosta Oertel explicó que se eligió a la Cordillera Apaneca-Ilamatepec dado a que se produce buen café y porque la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) denominó a esa zona como Reserva de la biosfera, otro valor agregado para el café.
"La denominación de origen es cuando se determina una zona que tiene características parecidas pero que son únicas, entonces se resalta y todo el proceso de la cadena tiene que ser en la zona delimitada y la beneficiamos. Y uno de los requerimientos para la denominación de origen es que el café tiene que haber sido cultivado de los 900 metros para arriba", explicó Vera Mejía de Barrientos, coordinadora nacional del Programa Regional de Calidad de Café.
Entre otras de las exigencias para los productores que se adhieran a la denominación de origen, que se expresará físicamente con un sello especial, es haber implementado buenas prácticas técnicas, ambientales y sociales.
Y entre los requerimientos técnicos está saber cuál es el momento adecuado para la recolección y condiciones ambientales, así como también el de respetar las condiciones laborales de quienes lo recolectan.
"Ahora con tanta enfermedad, la gente quiere saber qué es lo que consume, pero también quiere saber si ese producto está dañando al medio ambiente o a las personas", resumió Barrientos sobre las exigencias sociales.
Otra utilidad del sello es la incursión y el reconocimiento del grano nacional en el mercado europeo con que actualmente Centroamérica gestiona un tratado de libre comercio.
"Estamos también esperando los acuerdos de tratado de libre comercio con Europa porque se están negociando aspectos en la denominación de origen y para eso tenemos que esperar como aterrizan", añadió Barrientos.
ALCANCES DEL SELLO
Para el análisis se tiene el apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación y del Banco Interamericano de Desarrollo, que han aportado $2 millones para cafés de Guatemala, El Salvador y Honduras.
Hasta el momento, unos 200 productores de la cordillera Apaneca-Ilamatepec se han sumado al proyecto; el logo que estará listo en julio. Su reconocimiento legal estará vigente a partir de 2010.
Y para analizar los alcances comerciales de dicho sello, Procafé realiza un estudio de mercado que estará listo en septiembre.
Acosta Oertel explicó que se crearán denominaciones de origen para los productores del volcán de Santa Ana, San Salvador y Cordillera del Bálsamo. Para el próximo año se continuará con la zona oriental.

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